Pan de muerto: tras las huellas de una tradición

A lo largo de la República Mexicana, el pan de muerto ha evolucionado en variedades regionales con diferencias en forma, sabor y decoración.

El pan de muerto, un ícono del Día de los Muertos en México, es mucho más que un manjar; es un reflejo de la rica historia y las influencias culturales que han dado forma a nuestra festividad. 

Desde la época prehispánica los aztecas ofrecían panes hechos de amaranto que representaban a sus dioses y antepasados, su forma redonda significa el círculo de la vida y la muerte. 

Con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, el pan se transformó con la introducción de ingredientes como el trigo y el azúcar, y así se fusionaron las prácticas indígenas con las tradiciones católicas.

A lo largo de la República Mexicana, el pan de muerto ha evolucionado en variedades regionales con diferencias en forma, sabor y decoración. En algunas zonas, se aromatiza con agua de azahar o semillas de anís, mientras que en otras puede tener un sabor dulce o neutro, e incluso se reemplaza el azúcar por ajonjolí o granillo. 

Hoy en día, las interpretaciones modernas del pan de muerto incluyen rellenos creativos como conejitos de chocolate, Snickers, queso con zarzamora, por mencionar algunos.


Si se abrió tu apetito al leer esta nota; puedes disfrutar de una amplia variedad de panes de muerto en tamaños familiares e individuales, tanto en las tiendas físicas como en línea de Walmart Supercenter y Walmart Express.

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