Tequila y mezcal: tips para identificar los mejores

Por DAVID SALCEDO HERNÁNDEZ

• Te compartimos tips muy sencillos para identificar un tequila o mezcal de buena calidad y sin necesidad de ser un experto en el tema

¿Cuántas veces te has visto frente al anaquel de bebidas sin saber elegir el mezcal o tequila para disfrutar?

Ya sea para llevar la botella como un buen regalo o por el simple hecho de querer disfrutar una de las mejores bebidas nacionales, la verdad es que no todos somos expertos catadores de estas etiquetas.

En LAS BUENAS COMPRAS nos dimos a la tarea de investigar cómo seleccionarlas sin necesidad de que te dejes engañar por el precio, pues no siempre es sinónimo de calidad.

IDENTIFICA UN BUEN MEZCAL

Empecemos por el mezcal, cuyo significado proviene del náhuatl mexcalli, ‘maguey cocido’, por lo que, para empezar, su sabor debe ser el de esta planta.

Hoy en día, en México se trabajan con alrededor de 155 tipos de maguey de manera artesanal: se asan las pencas y raíces de agave en hornos de leña o de gas.

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La calidad y variedad del sabor depende de las distintas clases de esta planta, así como del clima, técnica de destilación y del recipiente en donde repose.

Aunque el sabor puede variar según lo anterior, se clasifican en joven o blanco, el cual debe ser incoloro y sin un proceso de destilado; reposado, que se ha dejado de 2 a 12 meses en barrica con pequeñas exposiciones de luz, adquiriendo un color dorado, y el añejo, que permaneció más de un año en las barricas y con muy pocas variaciones de luz, temperatura y humedad, dándole un color ocre al líquido.

También existen los mezcales industriales, los cuales se elaboran con maquinaría y la ayuda de mucha tecnología: en lugar de hornos usan tinas de acero inoxidable, sustituyendo la madera y los destiladores de plato. Aunque no representa algo malo, sí le dan un sabor diferente.

Ahora que ya sabes que existen los artesanales y los industriales, supongamos que quieres adquirir uno, ¿cómo sabes que es de calidad

Primero, no te dejes llevar por la botella y por el precio, y recuerda que el mezcal es un producto de denominación de origen, es decir, que solo se produce en ciertos estados: Zacatecas, Durango, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Guanajuato, Tamaulipas y Oaxaca.

Luis Romo Cedano, autor de La ruta del mezcal en Oaxaca, recomienda que frotes unas gotitas en la palma de tu mano, tras unos segundos después de evaporarse la zona donde colocaste el líquido no debe oler a alcohol, sino a maguey.

En dado caso, toma dos pequeñas sorbos, el primero servirá para avisarle al paladar qué es lo que está ingiriendo, y el segundo es para reconocer los componentes del mezcal. De acuerdo con el especialista, un buen mezcal no debe tener ese picor que algunos alcoholes tienen.

En caso contrario de que no puedas saborear el líquido y estés, por ejemplo, en una vinatería donde no puedes abrir la botella, algunos mezcaleros recomiendan agitar un poco la botella -sin que parezca que estás sacudiendo una matraca-, esto servirá para que el líquido libere unas pequeñas burbujitas que ellos llaman “perlas”.

Si estas perlas son muy chiquitas o no se forman es porque probablemente ese mezcal no tiene más de 45 grados de alcohol, lo cual no es muy recomendable, pero si se forman burbujas medianas o grandes, quiere decir que es una bebida de confianza. 

No está de más revisar la etiqueta, donde viene toda la información: lugar de origen, grados de alcohol, tipo de destilado, mezcaleros, finca, entre otros.

Eso sí, en ambos casos, cualquiera que compres los expertos en materia recomiendan que esta bebida no la sirvas en los famosos vasos de shots, sino en recipientes de bocas grandes para que puedas oler poco a poco la bebida.

Y, sobre todo, no tomes el mezcal como si fuera la última botella de agua del desierto, al contrario, ya lo dicen los que saben: el mezcal se toma a besos y no a tragos.

¿Qué pasa con el tequila?

Con el tequila sucede algo similar, ya que también es una bebida con denominación de origen en la etiqueta, por lo que puede ser de Jalisco, Tamaulipas, Michoacán, Guanajuato o Nayarit.

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Debe ser elaborada con agave azul, pues es la base que la distingue, además debe estar entre el 50 y 100 por ciento de concentración. Mientras más tenga, mejor.

También hay diferentes tipos de tequilas, por ejemplo, está el blanco, el cual es casi o totalmente transparente y se trata del más joven; también el tipo oro, una mezcla de tequila joven con reposado.

Mientras que los reposados fueron guardados en barril por poco tiempo, entre 2 y 3 meses, los añejos, que son de color más oscuro, cuentan mínimo un año de almacenamiento en barril. De este último tipo también los hay extra, pues se han dejado madurar por más de tres años y sus notas de cata tienden a la madera, miel o vainilla.

Finalmente, tenemos los tequilas de reserva, usualmente son los de precios más altos, puesto que son aquellos que han añejado por más de 8 años.

Un truco que algunos catadores de tequila recomiendan es el de agitar la copa y observar la velocidad con la que las gotas regresan al líquido, esto sirve para darse una idea de la cantidad de agave que tiene, entre más lento, es más viscoso y por ende, mayor calidad.

Si vas a poner en práctica estos tips solo recuerda: con moderación se disfruta mucho más.